Este domingo, toda la Iglesia celebra la Ascensión del Señor y en el texto final del Evangelio de San Mateo que se proclama, destaca: Un lugar: Galilea. Un mandato: «Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos…y enseñándoles a guardar…». Una afirmación: «Yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo». En Galilea, los apóstoles han oído las enseñanzas de Jesús sobre el Reino de Dios, sus parábolas, allí se han encontrado y han vivido con Él y han conocido todo lo que tienen que transmitir.
Para nosotros, Galilea es el regreso a nuestro encuentro personal con Cristo resucitado, que en momentos de nuestras vidas, nos cambió el corazón para seguirle. El mandato sigue vigente hoy día: hacer discípulos, seguidores de Jesús, por medio de nuestro testimonio del Señor resucitado, porque todos tienen que conocer la Buena Noticia. El Señor nos llama y nos busca a todos.
La afirmación de Jesús: «Sabed que yo estoy con vosotros todos los días…» nos llena el alma y el corazón de esperanza. Es un bálsamo y al mismo tiempo un estímulo que nos empuja en nuestra misión que, por nosotros mismos, jamás podríamos llevar a cabo, para no rendirnos. Él está con nosotros en la Eucaristía, con su Cuerpo y Sangre, en su Palabra que se renueva cada día, y en el corazón de cada persona, porque «cuando dos o tres se reúnen en mi nombre, Yo estoy allí en medio de ellos» (Mt 18,20). Al terminar la celebración de la Eucaristía de hoy y ser enviados, hemos de salir, con la fuerza del Espíritu Santo, para ser sus testigos, para hacer discípulos, con la certeza de que, aunque se presenten dificultades, Él siempre está con nosotros.
Ascensión del Señor – A (Mateo 28,16-20) 28 de mayo 2017 – María Teresa Aldea, licenciada en Filosofía y Letras, ayuda a profundizar en el evangelio de la Solemnidad de la Ascensión del Señor.