Acción social y voluntariado

Nos hacemos eco del articulo publicado en la revista Algazara, sobre el Economato Social de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl, referente y modelo de nuestro economato y donde proyectan la caridad las hermandades de Triana

Encuentro con FRANCISCO RAMiREZ-CRUZADO PEREZ
Gestor del Economato Social de Triana
Es miércoles por la tarde. Dentro de una hora abrir sus puertas el economato social de Triana. Y nuestro socio Paco Ramírez junto  a un grupo de voluntarios, están preparando el local con mercancías, ordenadores, trastienda, descarga, recepción, etc., de manera que todo este en perfecto estado de revista cuando empiecen a entrar las personas que afuera hacen cola, algunas de ellas con una calculadora preparada para no pasarse en el presupuesto de compra.
Como muchos, Paco Ramírez iba a 120 km/hora. Pero llegó la jubilación y  pensó que incluso reduciendo a 8o, esta velocidad le permitiría trabajar por el bien común, que no es poco. En 2011, nuestro socio Francisco Ramírez-Cruzado y su mujer, Ana Marques, junto a varios voluntarios mas, asumen el compromiso de echar una mano como voluntarios en el Economato Social de Triana, una entidad adscrita al Comedor Social fundado en Sevilla en 1904, bajo el nombre de Cocina Económica Nuestra Señora del Rosario.
Allí sigue, coordinando a más de 30 voluntarios procedentes de entidades sociales y religiosas como son Hermandades, Caritas parroquiales y otras asociaciones solidarias. El supermercado abre dos veces por semana al público en horario de tarde, para atender a mas de 1.000 familias al año. Una gestión eficiente, dinámica y ejemplar que permite ofrecer a colectivos sin recursos artículos básicos de alimentación, limpieza e higiene personal, todo ello al 25% del precio de mayorista. El economato acaba de cumplir 27 años de vida.
Gastar 20 euros supone comprar por valor de 80 (coste), que en realidad representan 100 euros al precio de venta. Es decir, los productos cuestan algo menos que la cuarta parte de su precio. Los supermercados sociales siempre han tenido presencia en nuestra sociedad, a través de gremios o empresas, como ventaja para sus trabajadores o empleados. En ellos el objetivo es subvencionar la compra de artículos, ayudando a cubrir las necesidades primarias de las familias con pocos recursos, que de este modo, se convierten en consumidores activos en lugar de beneficiarios pasivos de la solidaridad.
Para colmo, la crisis económica que comenzó en 2008 puso de manifiesto la realidad de muchas familias de clase media que se vieron obligadas a frecuentar el comedor social y que, gracias a los economatos subvencionados de alimentación, han podido salir adelante con dignidad.
Un carnet específico permite ser usuario de estos supermercados, facilitado con base en una determinada renta económica o nivel de pobreza, y teniendo en cuenta el número de miembros de la familia que lo solicita, todo ello bajo un estricto control sujeto a revisión en el tiempo. Las cofradías de los barrios de Triana y Los Remedios subvencionan este supermercado, que recibe además otras donaciones privadas.
Legumbres, conservas, alimentación infantil, pescados, artículos de higiene, pescados y carnes,lácteos, refrescos y los mejores aceites de oliva virgen se exponen en los lineales del economato. Tres puestos de caja dotados de escáner son atendidos por otros tantos voluntarios. Paredes y estanterías sin publicidad ni mensajes comerciales.
 No podemos olvidar el trabajo de los voluntarios en este centro, que incluye por ejemplo aportar sus propios vehículos para recoger la mercancía, así como llevar la contabilidad, bases de datos, recepción, altas, reposición, etc., haciendo un seguimiento constante de la calidad y origen de los productos que entran en la tienda, así como de la satisfacción de los compradores. Por ello se han eliminado de los lineales ciertos productos de dudosas referencia u origen. También se han sustituido bandejas cárnicas de grandes marcas industriales, por preparados caseros de proveedores locales. Estas tiendas sociales añaden dignidad a la vida diaria de muchas familias con problemas econ6micos que de este modo pueden alimentarse, organizar sus hogares y llevar una vida lo más parecida a la media del resto de los ciudadanos.
Nos despedimos de Paco Ramírez. Al salir del local comprobamos que la cola de personas ha aumentado. Sin duda, un gran servicio.
La treintena de voluntarios que colabora en las diversas labores del economato se ocupa además de informar al usuario, sugerirle otros  artículos y vigilar que 
organiza correctamente su compra, evitando así posibles abusos y la picaresca de la venta posterior de los artículos. De ese modo los voluntarios hacen una labor de formación sobre el consumidor.
Las entidades donantes autorizan y facilitan carnets mensuales que van desde los 7 a los 30 euros (50 en casos muy excepcionales). A final de cada mes se generan las liquidaciones, donde se detalla a cada entidad donante las familias e importes de las compras realizadas, desglosando los artículos. Ello facilita el control de las donaciones y el estudio de las necesidades de las familias.
Realizado por Charo Barrios